El continuo de las (ciber)violencias sexuales en las mujeresla educación sexual como prevención

  1. Martínez Román, Rosana
Dirigida por:
  1. Yolanda Rodríguez Castro Director/a
  2. María Victoria Carrera Fernández Director/a

Universidad de defensa: Universidade de Vigo

Fecha de defensa: 08 de julio de 2021

Tribunal:
  1. Carlos Miguel Clemente Díaz Presidente/a
  2. Jesús Rodríguez Rodríguez Secretario
  3. Joana Bessa Topa Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La violencia sexual es una realidad que sufren mayoritariamente las niñas y mujeres. En la infancia y en la adolescencia es cuando comienzan sus primeras experiencias (Dekeseredy, Schwartz, Nolan, Mastron y Hall-Sanchez, 2019) que se materializan a través del abuso sexual infantil y/o acoso sexual entre iguales. Además, la revolución tecnológica ha creado un nuevo espacio en el que los y las adolescentes perpetúan situaciones de violencia entre sus iguales y en las relaciones de pareja (Peskin et al., 2017). Asimismo, el continuo de las violencias sexuales sigue su transcurso en la etapa adulta de una mujer, transformándose en conductas de acoso sexual, acoso por razón de sexo y agresión sexual. De esta forma, la violencia sexual se convierte en la violencia más generalizada y menos reconocida del mundo (Fitzgerald, 2017). Para entender esta perspectiva de las (ciber)violencias desde una realidad constante y continua a lo largo de la vida de adolescentes y las mujeres, y para poder prevenir las múltiples violencias sexuales se diseña esta tesis doctoral por compendio de artículos cuyo objetivo general consiste en analizar las situaciones de violencias sexuales que sufren adolescentes y mujeres a lo largo de la vida, tanto en la esfera online como offline, así como en profundizar en las intervenciones de la educación sexual a nivel internacional y nacional, especialmente dirigidas hacia el colectivo adolescente. Este objetivo general se materializa en cuatro objetivos específicos: i) analizar la primera experiencia de violencia sexual que han sufrido las mujeres a través de la plataforma de Twitter con el hashtag #PrimAcoso; ii) evaluar los comportamientos de ciberacoso en las relaciones de pareja de los/as adolescentes, lo que implica: identificar a las personas perpetradoras de ciberacoso en las relaciones de pareja adolescente, analizar la relación entre el ciberacoso en las relaciones de pareja adolescente; con el género, edad, comportamientos de sexting, consumo de pornografía y sexismo ambivalente; así como, determinar la influencia de las variables (género, edad, conductas de sexting, consumo de pornografía y sexismo ambivalente) como predictores de ciberacoso en la población adolescente; iii) analizar los conocimientos, las percepciones y las actitudes del estudiantado universitario hacia el acoso sexual en la universidad; iv) llevar a cabo una revisión sistemáticamente de los estudios de revisiones existentes sobre las intervenciones de programas de educación sexual en los centros educativos, en las plataformas digitales o con metodologías de aprendizaje mixtas (online vs offline) para el colectivo adolescente, así como analizar la evidencia relacionada con su efectividad. Para dar respuesta a estos objetivos se realiza una tesis por compendio de artículos. Para ello, se han llevado a cabo cuatro investigaciones en las que se emplearon metodologías de tipo cuantitativo y cualitativo, que dan lugar a la elaboración de cuatro artículos de investigación. En el primer artículo, “Análisis de la campaña #PrimAcoso: un continuo de violencias sexuales”, se analiza la primera experiencia de violencia sexual que han sufrido las mujeres a través de los tuits de denuncia en la Campaña #PrimAcoso. Se creó el hashtag #PrimerAcoso en el que se solicitaba a las mujeres, a modo de denuncia: “comparte con nosotras/os la primera vez que te sentiste acosada por el hecho de ser mujer. Durante un mes se identificó un total de 2.887 tuits, de los cuales 688 eran tuits y 2.199 eran retuits. El análisis de los comentarios vinculados al hashtag #PrimerAcoso fue gestionado a través de la metodología cualitativa. Para el análisis de contenido de los tuits se ha empleado el programa de tratamiento y gestión de la información Atlas.ti v8. En total se han analizado 688 tuits. Así, el análisis de los tuits nos ha permito obtener dos categorías principales que a su vez se desglosan en categorías secundarias y terciarias. Los resultados principales de este estudio muestran que de los 688 tuits el 75% de los tuits aluden a casos de múltiples violencias sexuales contra los menores de 18 años (65% fueron situaciones de abuso sexual a menores, y el 11% acoso sexual entre iguales), y el 24% a múltiples violencias contra las mujeres adultas (21.3% acoso sexual, 1.6% acoso por razón de sexo y el 1.1% agresión sexual). Además, los hallazgos de este estudio nos permiten evidenciar que el perfil del acosador en su gran mayoría son hombres desconocidos para la víctima, y con menos frecuencia hombres conocidos, pertenecientes al ámbito laboral, académico y/o de amistades. El segundo artículo, “Ciberacoso en parejas, sexismo, pornografía y sexting en adolescentes: nuevos desafíos para la educación sexual” que tiene como objetivo evaluar los comportamientos de ciberacoso en las relaciones de pareja de los/as adolescentes, lo que implica identificar a las personas perpetradoras de ciberacoso en las relaciones de pareja adolescente, analizar la relación entre el ciberacoso en las relaciones de pareja adolescente y el género, edad, comportamientos de sexting, consumo de pornografía y sexismo ambivalente, así como determinar la influencia de las variables (género, edad, conductas de sexting, consumo de pornografía y sexismo ambivalente) como predictores de ciberacoso en la población adolescente. Para ello, se llevó a cabo un estudio cuantitativo en el que participaron 993 estudiantes españoles de Educación Secundaria, 535 chicas y 458 chicos. La edad de los/as participantes osciló entre los 13 y los 19 años, con una edad media de 15.75 (DT = 1.47). Un de criterio de selección de este estudio fue tener pareja en la actualidad o haber tenido una pareja en el pasado, al menos durante seis meses. Del total de la muestra, el 70.3% (n = 696) tenía o había tenido pareja. En este estudio de metodología cuantitativa se utilizó un cuestionario creado ad hoc. Los análisis de datos se realizaron con el programa SPSS v.21. Los principales resultados de este estudio evidencian que los chicos llevan a cabo más comportamientos de sexting y consumen más contenido pornográfico online que las chicas. En cambio, las chicas perpetran más comportamientos de cibercontrol hacia su pareja que los chicos. Además, los hallazgos de este estudio muestran que los y las adolescentes presentan actitudes sexistas ambivalentes. Siendo los chicos los que tienen mayor nivel de sexismo hostil y benevolente que las chicas. Nuestros resultados muestran que las variables predictoras del cibercontrol en pareja identificados son el sexismo hostil y las interacciones combinando el efecto del género con el consumo de pornografía y el efecto del sexismo benevolente con el sexting. Siendo en este caso, el género y el nivel de sexismo benevolente moduladores del comportamiento del cibercontrol en la pareja. Asimismo, las chicas que consumen más contenido pornográfico son las que más llevan a cabo conductas de cibercontrol hacia su pareja. También, los chicos y las chicas más sexistas benevolentes y que llevan a cabo más comportamientos de sexting, tienden a cibercontrolar más a su pareja. El tercer artículo, “El acoso sexual en la universidad: la visión del alumnado”, que tiene como objetivo analizar los conocimientos, las percepciones y las actitudes de los y las estudiantes hacia el acoso sexual. Para dar respuesta a este objetivo, se realizó una metodología cualitativa de entrevistas semiestructuradas y grupos de discusión, en el que han participado un total de 77 estudiantes universitarios del ámbito científico-académico de ciencias sociales y jurídicas, ciencias e ingeniería. En total se han realizado 10 entrevistas semiestructuradas a estudiantes universitarios (seis alumnas y cuatro alumnos) con un rango de edad que va desde los 21 años y los 33 años, y también se ha llevado a cabo 8 grupos de discusión heterogéneos formados por 67 estudiantes (51 mujeres y 16 alumnos) con un rango de edad entre los 19 y 29 años. Para las entrevistas y los grupos de discusión se elaboró un único guion de preguntas ad hoc de carácter semiestructurado. El análisis de contenido, tanto de las entrevistas como de los grupos de discusión, nos ha permitido generar tres categorías de primer nivel: i.) conocimientos, ii.) percepciones y iii.) actitudes; que a su vez se desglosan en categorías de segundo y tercer nivel de profundidad. Los resultados evidencian que el alumnado tiene pocos conocimientos sobre el acoso sexual y, además, no recibe formación que le aporte las herramientas que le permitan identificarlo y combatirlo. Asimismo, la mayoría de los/as participantes expresan que las situaciones de acoso sexual son habituales y están normalizadas en el entorno académico, y que este tipo de violencia está silenciada en la universidad. Los resultados de este estudio también permiten evidenciar que las situaciones más habituales de acoso sexual en el contexto universitario se materializan a través de comentarios verbales y no verbales. Además, a través de las propias palabras de las y los estudiantes universitarios/as se identifica que perciben actitudes permisivas hacia el acoso sexual por parte de los profesores y también por parte de la Universidad, considerando que no hay una verdadera implicación para intervenir en las situaciones de acoso sexual. En el último artículo, “La educación sexual en el centro de atención: ¿qué está funcionando? Revisión sistemática”, se lleva a cabo una revisión sistemática de los estudios de revisiones existentes sobre las intervenciones de programas de educación sexual en los centros educativos, en las plataformas digitales y con metodologías de aprendizaje mixtas (online vs offline) para el colectivo adolescente, así como analizar la evidencia relacionada con su efectividad. Para ello, se recurrió a la metodología PRISAMA centrada en una revisión de revisiones sistemática de la literatura científica internacional, en la que solo se incluyeron artículos revisados por pares. Para identificar las revisiones, se ha realizado una búsqueda en las siguientes bases de datos: Cochrane Database Reviews, ERIC, Web of Science, PubMed, Medline, Scopus y PsycINFO. Se incluyeron las revisiones publicadas desde 2015 hasta diciembre de 2020. Para esta revisión, solo se utilizaron metaanálisis y revisiones sistemáticas. Nuestras búsquedas arrojaron un total de 1476 artículos, después revisamos 217 artículos de texto completo para determinar su elegibilidad, de los cuales finalmente hemos analizado 20 estudios de revisión para su análisis (10 en entornos escolares, 9 utilizando plataformas digitales y 1 programa de aprendizaje mixto). Los resultados evidencian que la mayoría de los programas de educación sexual para los y las adolescentes se centran principalmente en reducir las conductas de riesgo (por ejemplo, VIH / ITS y embarazos no deseados), mientras que se obvian temas como el deseo y el placer. Las revisiones de los programas en plataformas digitales y aprendizaje mixto (online y offline) muestran una mayor efectividad en términos de promoción de la salud sexual y reproductiva en los/as adolescentes. No obstante, es necesaria una evaluación más rigurosa de la eficacia de los programas de educación sexual, especialmente en lo que respecta a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, que pueden conducir a intervenciones más rentables que los programas presenciales. Además, los programas de aprendizaje mixto ofrecen un camino prometedor a seguir, ya que combinan lo mejor de las intervenciones presenciales y digitales, y pueden proporcionar una excelente herramienta educativa para los y las millenials en este nuevo contexto de cibersocialización. A modo de conclusión, los resultados de estos cuatro estudios visibilizan como las violencias sexuales tanto en el plano online como offline se ha convertido en un hecho generalizado, normalizado y continuo en la vida de adolescentes y mujeres. Así, la violencia sexual es una realidad que sufren mayoritariamente las mujeres, y su primera experiencia se ubica en la infancia. Además, la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), internet y las redes sociales ha creado un espacio en el que surgen nuevos fenómenos (como el sexting, el cibercontrol, etc.) que coloca a adolescentes en situaciones vulnerables y de violencia en la pareja. Por ello, es fundamental implementar programas de educación sexual integral en el sistema educativo, en los que se incorporen las TIC para que las chicas y los chicos puedan vivir sus relaciones socioafectivas, tanto offline como online, de forma igualitaria y libre de violencia.